13 may 2011

23.000 gramos

¿Cuanta vida cabe en 23 kg? ¿Cuantos recuerdos? ¿Cuantas cosas fundamentales? ¿Cuantos objetos esenciales? Un viaje y 23 kg por todo equipaje. 23.000 gramos de ropa que nos gusta, de libros, de maquillaje, de pluma, tinta y papel, de pasaportes, visados, monedas de cambio y sueños por venir. La balanza no tiene misericordia. Deben ser, como máximo, 23 kg. El número elegido para indicarnos que, de momento y en este presente, tan solo podemos ocupar lo que en él quepa. Ni un gramo más. Deberíamos tener un número 23 en la vida cotidiana. Que nos indique que estamos a tope. Que sólo podemos llevar lo justo y necesario. Deberíamos cada tanto subir nuestra vida a la balanza y ver si vamos bien o si debemos soltar lastre. Si la vida que llevamos nos pertenece por propia y elegida o si estamos cargando con un  excesivo peso. Con el cual, o bien soltamos lo innecesario, o bien pagamos un precio por sobrepeso. 23. No hay nada en el sistema solar que responda a ese número. Excepto los kilos en los que una línea aérea nos permite guardar nuestras "imprescindibles" pertenencias. Y de paso nos recuerda el sano ejercicio de purificar nuestras vidas llevando sólo lo fundamental. Ironías del destino quizás, la cifra no es tan siquiera un número par. Las prohibiciones son muy canallas pero al menos no se esconden. Son impares y antipáticas. Como el 23.